martes, 10 de diciembre de 2013

MIEDOS, MENTIRAS...? SUEÑOS!!!!

Vivimos con MIEDO desde pequeños
En la adolescencia temíamos el momento de entregar las notas que habíamos sacado a nuestros padres o cuando se enterasen de la última trastada que habíamos cometido.
Somos adultos y seguimos teniendo miedo. Miedo a perder el trabajo o a no encontrarlo, miedo al rechazo por mostrar nuestros verdaderos sentimientos a esa persona que es más que una amiga para nosotros, miedo a la muerte de nuestros seres más queridos... Y para colmo enciendes la televisión, y ves más miedo.
Vivimos rodeados de miedo.

¿Pero por qué actuamos con miedo cuando de pequeños no éramos así?
 No teníamos miedo a nada, pisábamos charcos, nos rebozábamos en el barro o nos comíamos las gominolas cuando nos habían dicho que no lo hiciésemos.
Y ahora ocultamos nuestros sueños y anhelos. Nos da miedo mostrarnos como somos de verdad por miedo a ser señalados con el dedo. No queremos que nos señalen y piensen “Por ahí va el diferente”. Es mejor ser o parecer uno más, que mostrarnos tal cual somos.
Miedo y más miedo.

Pero no solo hay miedo a ser como somos de verdad. También tenemos miedo a coger los trenes que la vida nos manda. Antes de subirnos, queremos saber hasta dónde nos llevará, cómo nos llevará y si tendremos un buen viaje. Miedo a los vaivenes que ese viaje te puede producir, miedo a no llegar a la estación deseada... Incluso al qué dirán si te subes.
Y ocurre que ese miedo te dejará en el andén viendo el tren partir, pensando qué hubiera pasado si lo hubieras cogido.
Más y más miedo.

Tenemos también miedo a la felicidad, a no ser feliz. Por miedo, algunos entran en una relación aún a sabiendas que no serán felices. Por miedo a no encontrar otra cosa, cogemos trabajos que no son nuestra pasión y que no disfrutamos en ellos.
Y me pregunto...¿ por qué ese miedo a no ser feliz?
La felicidad está dentro de nosotros, solo tenemos que buscarla. No tiene que depender en exceso de nadie, ni de nada externo a nosotros.

Todas estas situaciones nos ponen en un precipicio. Sentimos vértigo. Vemos por un lado, la posible vida que anhelamos, queremos cogerla, lo deseamos. Pero miramos al otro lado y vemos nuestra vida rutinaria, nuestra tranquilidad de sabernos seguros alejados del precipicio.
¿Qué hacer? ¿Sabes lo que quieres? ¡¡Pues ves a por ello!!
Cuando de pequeño teníamos una idea, un sueño... íbamos a por ello, no temíamos a nada.  Confiábamos en nosotros. Y aunque no lo consiguiéramos, llenos de arañazos y con la ropa sucia, nos reíamos y nos felicitábamos por lo que habíamos intentado.

¿Y sí antes actuábamos así, qué nos pasa ahora?
No te estoy diciendo que seas un irresponsable y que no tengas miedo a nada, porque si tu sueño es estar entre tigres o caminar por un volcán, un poco de miedo no te vendrá mal.
Deja un poco de miedo, pero jamás le permitas que crezca y se multiplique, como un Gremlin cuando le echan agua. Ese miedo te paralizará, como está haciendo ahora, bloqueará y hará que te escondas debajo de las sabanas como de  pequeño.
¿Acaso vas a dejar que gane la partida el miedo?


Por otro lado, y cambiando de tema, todos crecemos con MENTIRAS a las que a mí me gusta llamar SUEÑOS. No se asusten, no quiero crear alarma con lo que digo. Ahora me entenderéis.
Siempre he oído decir que por la vida hay que ir con la verdad por delante, pero sin embargo he comprobado que desde pequeños crecemos con algunas mentiras. Y es verdad!!!

Nos dicen que los niños los traen las cigüeñas y que vienen de Paris, pero cuando pasan los años descubrimos que las cigüeñas sólo se encuentran en el pequeño refugio de los campanarios de los pueblos, huyendo de los hombres que desprecian la naturaleza.
Se nos cae nuestro primer diente,  los mayores celebran ese acontecimiento llamando al Ratoncito Pérez y con los años descubrimos que ese roedor es detestado por la mayoría del mundo.
En nuestra infancia, los Reyes Magos y Papa Noel son unos personajes que esperamos ansiosos en aquellas noches mágicas, de ilusiones y sueños, y que con el paso de los años se transforman en otros seres (dejémoslo ahí) que por unos días también regresan a su infancia.
Y así...muchas y muchas más.

De todas formas...¿saben lo que pienso? Que no pierdo la ilusión y quiero convertir esos miedos y esas mentiras en sueños que se hagan realidad.

Buenas noches, me despido ya me voy a dormir que si no...viene "el coco" y me comerá.

No hay comentarios:

Publicar un comentario