jueves, 17 de diciembre de 2015

RECUERDOS, EMOCIONES Y SENSACIONES DEL ESCRITOR


Y es que últimamente me está pasando mucho.  Entro a algún sitio, siento una ráfaga de un olor particular, un olor familiar, y me traslada casi instantáneamente a un lugar y momento en particular de mi vida.  La última vez que me ocurrió fue ayer cuando llegué a casa después del gimnasio y de dar unos masajes, con las manos ocupadas con las mochilas, abrigo... y según entraba me llegó un olor a flores. Miré a un jarrón que hay en el salón con flores y rápidamente me trasladé a mi infancia cuando en casa mi madre siempre tenia flores frescas, todo ordenado e impecable listo para recibir cualquier visita.
Me quedé quieto unos minutos, cerré los ojos y disfruté de ese pequeño viaje al pasado...
Y es que últimamente me pasa mucho, no se...se nota que me estoy haciendo mayor!

Hoy las nubes se pasean por el aire y, desde la ventana de mi habitación como muchas veces hago, me quedo mirándolas intentando descifrar o ver en ellas la forma de algún animal...o un rostro humano...
Es una distracción como cualquier otra, si bien, más propia de los veranos cuando apetece estar tumbado bajo la sombra de un árbol frondoso observando el firmamento, como queriendo asomarnos con esa humilde y acomplejada timidez que nos produce el imaginar tanta inmensidad allá arriba. Uno se siente diminuto en esos momentos.
Ante cosas así, sencillas pero profundas, me siento pequeño y me recojo en mi intimidad e intento disfrutar de mi mundo mas personal: mis amores, deseos, aficiones...la música que me gusta, la poesía que en momentos me conmueve...Y es que la soledad buscada, lejos de ruidos y distracciones falsas, y que muchas veces aceptamos a desgana y sin poder escaparnos de ella...tiene su encanto. La soledad buscada es adictiva.
Es en esos momentos, solos con nuestras sensaciones, cuando nos llevan a alcanzar aunque sea en breves momentos, una tranquila y verdadera felicidad.

Muchas veces yo me pregunto..."¿Qué significa realmente esta acción, la de escribir?"
Y es que casi siempre es una acción rodeada de intimidad, silencio, y si es posible de soledad. Pensando, buscando la inspiración en lo que veo a mi alrededor como parte de un vestigio de vida que se pasea delante de mi. Una vida al alcance de mi vista o simplemente reflejado en mi mente, en forma de sonidos, palabras escritas, pero sobre todo en imágenes. Escribir te puede llevar a un lugar totalmente distinto al que te encuentras. En ocasiones inesperado y mágico, en otras radiante, desolado... pero siempre inspirador de historias, reales o irreales. La imaginación ayuda a lograr y obtener los resortes que abren los accesos a esas historias.
Los que escribimos lo hacemos por amor, tristeza, rabia, añoranzas, deseos, ausencias...En realidad solo pretendemos intentar transformar algo o alguien con la escritura; transformar  lo que vemos o sentimos: belleza, humor, ternura, violencia, injusticias o poesía..., Queremos que nuestras palabras unidas nos lleven a expresar sentimientos sobre todo ello y compartirlo con los demás.

Y es que..¡¡¡Se puede escribir de tantas cosas!!!
No todo es escribir de amor, belleza, felicidad...Hay muchas cosas más de las que escribir. Así pues, ser capaz de trasladarnos mediante palabras aquellas imágenes de sangre y dolor que nos hacen sentir estremecimiento al leerlas, afligirnos por los muertos y heridos (muchos de ellos niños) de las guerras que asolan el mundo...¡¡¡Escribamos sobre ello, denunciemos tal horror!!!
También se puede escribir sobre las mentiras y corrupciones de los políticos, de su inmovilismo e indiferencia ante casi todo, de no ver o no querer ver la auténtica realidad del país. Solo defendiendo su interés más interesado a costa de los sufridos ciudadanos, que no es otro que seguir estando en el poder para hacer lo que les de la gana.

"Añoranza". Escribir sobre ello es hacerlo de vivencias que en algún momento me emocionaron y quedaron grabadas para siempre en mi memoria. "Nostalgia" no es más que tristeza al recordar un bien perdido; "Añoranza" es sentir ausencias. Dos palabras que tienen un significado parecido pero no igual. La nostalgia tal vez se refiera a un bien concreto que ya no tendré, sin embargo añorar es desear que hubiesen perdurado aquellas sensaciones que se quedaron grabadas en mi mente y que forman la base esencial de mis sueños felices, aquellos que me ayudan a vivir.
Podemos llegar a sentir añoranza de un modo repentino, al pasar por un rincón de tu pueblo y notar el aroma del recuerdo, que te llega de un lugar en el que tu jugabas cuando eras niño. ¿Habrá sensación más humana que desear lo que nunca se puede olvidar?

Revivamos vivencias sencillas que nos ayudarán en el caminar del día a día. Aquellas a las que estamos entrelazados, unidos por un invisible cordón umbilical que nos mantiene sujeto a esas sensaciones y que sentimos en cada etapa de nuestra vida: Infancia, juventud, madurez.

En los dias que vivimos y que tan escasa es la lluvia en Madrid, se me viene a la mente esas sensaciones de jugar bajo la lluvia. Así como las imágenes en las que el agua sube del mar al cielo a traves de columnas invisibles y que en días muy claros se ven el horizonte, como brazos largos que succionan por sus venas la salada agua marina, y al condensarse su vapor el en aire, forman esas nubes negras que se desgarran en medio de relámpagos y truenos, presagio inmediato de que el agua caerá de forma torrencial. Provocando en la tierra al mojarse, ese aroma entrañable y evocador a naturaleza, una naturaleza que despierta. La lluvia en invierno, muchas veces produce melancolia con una mezcla de placer interior, cuando desde dentro de tu casa resguardándote de ella tras una ventana con visillos apartas con tus manos para verla caer. O estando en el campò dentro de una cabaña, caliente por el fuego de una chimenea y la sola luz de una pequeña lámpara que alumbra las gotas deslizandose  por el cristal de la ventana.
Pero yo prefiero la lluvia del verano. De ese verano que ya se fue...que calma de calores los cuerpos y llena de fragancias la huerta. Donde inhalando esos aromas silvestres que flotan en el aire, espero a que llege la noche, presiento su compañia. Se acerca ya tras esa brisa fresca que deja la lluvia y que tanto se agradece en verano.

Recuerdos...emociones...sensaciones...Y es que últimamente me pasa mucho

R.A.D.