domingo, 20 de marzo de 2016

MIS RAICES, MIS PIES. TUS PIES

Todo bajo mis pies. Todo gira bajo mis pies.

Mis pies, mi patria. Recorren mi camino, el camino que elijo tomar. Mis pies patean lo que no quiero ser y también corren la suerte que me toca vivir. Mis pies andan por la cuerda floja a veces y pisan fuerte otras más.  Mis pies tropiezan con frecuencia con la misma piedra pero otras, saben saltarla. Mis pies me llevan a sitios a los que no sabía que no quería ir; me dejo llevar por ellos y una vez allí me pregunto qué se me ha perdido en este lugar. Otras veces, sin embargo, les digo dónde sí llevarme.
Mis pies son mis alas y son mis raíces, son los que paran cuando quiero quedarme y son los que huyen cuando quiero desaparecer. Mis pies son mi casa, son mi refugio.

Me siento libre si sé que todo lo que tengo son mis pies para seguir y mis pies para detenerme. Me siento libre cuando sé que puedo llegar a la meta pero también no llegar. Me siento libre cuando sé que soy prescindible, que lo único que tengo son pies para danzar, para escapar, para quedarme… y pies para no hacerlo. Me siento libre cuando tengo la certeza de que al mundo no le importa dónde quieran ir mis pies. Me siento libre cuando sé que pies tenemos todos, aunque no todos los usen para ser libres. Aunque muchos usen sus pies -lo único que tienen- para enrocarse en amarres sólo porque temen a las tormentas. Para patear a otros, pisar cuellos y escalar sobre espaldas. Para cerrarle el paso a otros pies en fronteras, para hacer de banderas sus zapatos. Para defender lo que nunca fue suyo, porque suyo sólo son sus pies.

Mis pies a veces se cansan y duelen, y me pregunto si merece la pena seguir. Mis pies a veces se quejan y me reclaman un alto en el camino. A veces me dejo convencer y los escondo bajo mantas, en un recodo del camino. Otras insisto en anudarme fuertemente los cordones y continuar entre la maleza, sin nada que me detenga.
Mis pies me trasladan a otros mundos hoy pero mañana no estarán en ninguno. Mis pies dejarán de existir de la misma forma que ahora existen, y el mundo seguirá girando para otros pies, en otros mundos, en otras tierras. Y será igual de importante. Y lo será todo y no será nada.

Mientras mis pies sean mis pies, quiero que sean libres para ir y venir, para esperarte o salir corriendo al verte, para bailar de noche y saltar sobre charcos en invierno, para trastabillarme y hacerme caer cuando lo merezca, para guardar el equilibrio cuando todo se mueva demasiado rápido, para volar cuando te ame, para escarbar cuando me dejes. Para meterme en líos de los que aprenderé, para sacarme con vida cuando me rompan el corazón o para llevarme hasta otro al que amar, o hasta nadie si ya me cansé. Para subir montañas si al otro lado hay vida y para bajar al hoyo cuando llegue mi momento y toque decir adiós.

Mis pies lo son todo y no son nada, como los tuyos.
Somos libres si somos conscientes de que podemos cortar sus raíces cuantas veces queramos para abandonar y volver a sembrarlos en otro lugar, o no hacerlo.
Mis pies, todo gira bajo ellos.




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