Quédate con esta versión mía
Miento más que hablo.
A veces te digo que te quiero
sin quererte, ni un poco.
A veces te quiero tanto...
que sólo articulo un “idiota”.
Las verdades se aturullan en mi garganta
o bien, fluyen mentirosas.
Miento más que hablo,
y tengo miedo de que te des cuenta.
Que percibas cómo retuerzo frases,
cómo tergiverso lo que ni sé si siento,
que mis besos sepan a aléjate,
que mis empujones suenen a quédate.
Me asustas tú y me temo yo.
Me asusta que vislumbres el caos
que me rompe en pedazos,
día sí, día no.
Miento más que hablo,
respiro más que vivo.
El mundo me produce más apatía
que pasiones descontroladas.
Y temo que lo sepas.
Que me sepas.
Temo que ya no haya secretos
que me protejan de la claridad
de tus ojos inquisidores,
de tu mirada que todo lo sabe,
de tus manos en mi pecho
sintiendo cuánto me asusta esto.
Nunca te quites la venda
y quiéreme…
ni siquiera me quieras mucho,
quiéreme sólo bien.
Quiere a quien crees que soy
no busques mucho más,
basta con eso,
quédate con esta versión.
Sólo quiéreme bien,
quiere a esta versión
que, bueno...miente más que habla.
El blog de un treintañero. Sigo remando contracorriente mientras encuentro mi sitio
miércoles, 2 de marzo de 2016
domingo, 21 de febrero de 2016
DEPENDIENDO DE...
Dependiendo de cómo la mirase, sus labios parecían curvarse en una sonrisa honesta o en una mueca de dolorosa indiferencia. Su mirada se me podía antojar reflexiva o lacerante. Dependiendo desde dónde la observara, parecía ir a por mi o alejarse, estar viva o a punto de morir. Dependiendo de cuánto tiempo me recreara en sus gestos creía que me necesitaba o me detestaba, que me oía o fantaseaba. Dependiendo del prisma que seleccionara, sus palabras sanaban o dolían, y sus pasos sonaban a despedidas definitivas o a breves y soportables ausencias.
Y para que aquella mujer no me doliera más, para que no me rompiera cada día esquemas y fibras, decidí situarme en el rincón que mejor me conviniera, interpretando su ser y estar de forma que, unas estuviese en la indiferencia, otras pareciera su fiel amante y no sólo un coincidente que quizás nunca se aprendió bien mi nombre.
Todo sigue dependiendo de...
Y para que aquella mujer no me doliera más, para que no me rompiera cada día esquemas y fibras, decidí situarme en el rincón que mejor me conviniera, interpretando su ser y estar de forma que, unas estuviese en la indiferencia, otras pareciera su fiel amante y no sólo un coincidente que quizás nunca se aprendió bien mi nombre.
Todo sigue dependiendo de...
jueves, 17 de diciembre de 2015
RECUERDOS, EMOCIONES Y SENSACIONES DEL ESCRITOR
Y es que últimamente me está pasando mucho. Entro a algún sitio, siento una ráfaga de un olor particular, un olor familiar, y me traslada casi instantáneamente a un lugar y momento en particular de mi vida. La última vez que me ocurrió fue ayer cuando llegué a casa después del gimnasio y de dar unos masajes, con las manos ocupadas con las mochilas, abrigo... y según entraba me llegó un olor a flores. Miré a un jarrón que hay en el salón con flores y rápidamente me trasladé a mi infancia cuando en casa mi madre siempre tenia flores frescas, todo ordenado e impecable listo para recibir cualquier visita.
Me quedé quieto unos minutos, cerré los ojos y disfruté de ese pequeño viaje al pasado...
Y es que últimamente me pasa mucho, no se...se nota que me estoy haciendo mayor!
Hoy las nubes se pasean por el aire y, desde la ventana de mi habitación como muchas veces hago, me quedo mirándolas intentando descifrar o ver en ellas la forma de algún animal...o un rostro humano...
Es una distracción como cualquier otra, si bien, más propia de los veranos cuando apetece estar tumbado bajo la sombra de un árbol frondoso observando el firmamento, como queriendo asomarnos con esa humilde y acomplejada timidez que nos produce el imaginar tanta inmensidad allá arriba. Uno se siente diminuto en esos momentos.
Ante cosas así, sencillas pero profundas, me siento pequeño y me recojo en mi intimidad e intento disfrutar de mi mundo mas personal: mis amores, deseos, aficiones...la música que me gusta, la poesía que en momentos me conmueve...Y es que la soledad buscada, lejos de ruidos y distracciones falsas, y que muchas veces aceptamos a desgana y sin poder escaparnos de ella...tiene su encanto. La soledad buscada es adictiva.
Es en esos momentos, solos con nuestras sensaciones, cuando nos llevan a alcanzar aunque sea en breves momentos, una tranquila y verdadera felicidad.
Muchas veces yo me pregunto..."¿Qué significa realmente esta acción, la de escribir?"
Y es que casi siempre es una acción rodeada de intimidad, silencio, y si es posible de soledad. Pensando, buscando la inspiración en lo que veo a mi alrededor como parte de un vestigio de vida que se pasea delante de mi. Una vida al alcance de mi vista o simplemente reflejado en mi mente, en forma de sonidos, palabras escritas, pero sobre todo en imágenes. Escribir te puede llevar a un lugar totalmente distinto al que te encuentras. En ocasiones inesperado y mágico, en otras radiante, desolado... pero siempre inspirador de historias, reales o irreales. La imaginación ayuda a lograr y obtener los resortes que abren los accesos a esas historias.
Los que escribimos lo hacemos por amor, tristeza, rabia, añoranzas, deseos, ausencias...En realidad solo pretendemos intentar transformar algo o alguien con la escritura; transformar lo que vemos o sentimos: belleza, humor, ternura, violencia, injusticias o poesía..., Queremos que nuestras palabras unidas nos lleven a expresar sentimientos sobre todo ello y compartirlo con los demás.
Y es que..¡¡¡Se puede escribir de tantas cosas!!!
No todo es escribir de amor, belleza, felicidad...Hay muchas cosas más de las que escribir. Así pues, ser capaz de trasladarnos mediante palabras aquellas imágenes de sangre y dolor que nos hacen sentir estremecimiento al leerlas, afligirnos por los muertos y heridos (muchos de ellos niños) de las guerras que asolan el mundo...¡¡¡Escribamos sobre ello, denunciemos tal horror!!!
También se puede escribir sobre las mentiras y corrupciones de los políticos, de su inmovilismo e indiferencia ante casi todo, de no ver o no querer ver la auténtica realidad del país. Solo defendiendo su interés más interesado a costa de los sufridos ciudadanos, que no es otro que seguir estando en el poder para hacer lo que les de la gana.
"Añoranza". Escribir sobre ello es hacerlo de vivencias que en algún momento me emocionaron y quedaron grabadas para siempre en mi memoria. "Nostalgia" no es más que tristeza al recordar un bien perdido; "Añoranza" es sentir ausencias. Dos palabras que tienen un significado parecido pero no igual. La nostalgia tal vez se refiera a un bien concreto que ya no tendré, sin embargo añorar es desear que hubiesen perdurado aquellas sensaciones que se quedaron grabadas en mi mente y que forman la base esencial de mis sueños felices, aquellos que me ayudan a vivir.
Podemos llegar a sentir añoranza de un modo repentino, al pasar por un rincón de tu pueblo y notar el aroma del recuerdo, que te llega de un lugar en el que tu jugabas cuando eras niño. ¿Habrá sensación más humana que desear lo que nunca se puede olvidar?
Revivamos vivencias sencillas que nos ayudarán en el caminar del día a día. Aquellas a las que estamos entrelazados, unidos por un invisible cordón umbilical que nos mantiene sujeto a esas sensaciones y que sentimos en cada etapa de nuestra vida: Infancia, juventud, madurez.
En los dias que vivimos y que tan escasa es la lluvia en Madrid, se me viene a la mente esas sensaciones de jugar bajo la lluvia. Así como las imágenes en las que el agua sube del mar al cielo a traves de columnas invisibles y que en días muy claros se ven el horizonte, como brazos largos que succionan por sus venas la salada agua marina, y al condensarse su vapor el en aire, forman esas nubes negras que se desgarran en medio de relámpagos y truenos, presagio inmediato de que el agua caerá de forma torrencial. Provocando en la tierra al mojarse, ese aroma entrañable y evocador a naturaleza, una naturaleza que despierta. La lluvia en invierno, muchas veces produce melancolia con una mezcla de placer interior, cuando desde dentro de tu casa resguardándote de ella tras una ventana con visillos apartas con tus manos para verla caer. O estando en el campò dentro de una cabaña, caliente por el fuego de una chimenea y la sola luz de una pequeña lámpara que alumbra las gotas deslizandose por el cristal de la ventana.
Pero yo prefiero la lluvia del verano. De ese verano que ya se fue...que calma de calores los cuerpos y llena de fragancias la huerta. Donde inhalando esos aromas silvestres que flotan en el aire, espero a que llege la noche, presiento su compañia. Se acerca ya tras esa brisa fresca que deja la lluvia y que tanto se agradece en verano.
Recuerdos...emociones...sensaciones...Y es que últimamente me pasa mucho
R.A.D.
domingo, 8 de noviembre de 2015
SABIDURÍA EN "Friends"
-¿Y todo el mundo sabe eso?
-Claro; es como cuando dicen:'Deberíamos salir con otras personas' significa 'Ja, ja... yo ya lo hago...'
-Claro; es como cuando dicen:'Deberíamos salir con otras personas' significa 'Ja, ja... yo ya lo hago...'
Phoebs, impartiendo sabiduría sobre las relaciones sociales.
martes, 22 de septiembre de 2015
EN EL MÉDICO
Hoy he ido al ambulatorio, y cada vez que voy me acuerdo del experimento de la jaula de monos.
Es algo que leí hace tiempo en un blog. La cosa va más o menos así (y me vais a perdonar que hable de memoria). Se mete a un montón de monos en una jaula. Se coloca un plátano arriba, pero de tal forma que encaramándose a algo, un mono pueda llegar. Luego se electrifica el suelo, para que cuando uno lo intente, todos sufran una descarga eléctrica. Los monos lo intentan varias veces hasta que aprenden que tratar de coger el plátano es una mala idea. De vez en cuando se saca a un mono y se mete a otro nuevo que, como no sabe nada, trata de alcanzar el plátano; pero lo único que consigue es que le den una paliza el resto para evitar la descarga. El juego sigue así hasta que llega un momento que todos los monos son nuevos, porque han terminado sacando a los originales, pero la costumbre sigue ahí aunque ninguno sepa ya el motivo. Cada nuevo mono que trata de tocar el plátano recibe una paliza, a pesar de que ya nadie sabe por qué. Es el "esto siempre se ha hecho así" de los monos (este experimento se puede aplicar a muchas tradiciones humanas -leáse Toro de la Vega, por ejemplo- y al funcionamiento de algunas empresas, por cierto).
Pues ir al ambulatorio es un poco así. Es un universo extraño, con sus propias reglas, y uno como yo, ajeno a este entorno, llega y se plantea un montón de dudas. Sin embargo, hay gente que no, que va todas las semanas y se entera de cada norma en el momento que la cambian. Pero la gente normal (moderadamente joven, moderadamente sana, moderadamente ocupada como para perder la mañana en el ambulatorio) no va más que de uvas a peras, por lo que nunca sabe como funciona todo.
Hay dudas que son previas del estilo tal que...: ¿Tengo que pedir hora por teléfono? ¿Puedo pedir hora por internet? Si estoy malo y no puedo ir a trabajar ¿puedo ir ahora mismo a por un justificante, o me vale si llamo para pedir hora y me dan cita para dentro de mes y medio? Cosas así. Pero luego hay otras ya de cuando llegas allí. En plan... ¿me presento en administración para decir que estoy aquí, o simplemente me planto en la puerta de la consulta? ¿Me llamarán cuando toque mi hora o tengo que pedir turno? ¿Habrá salido una enfermera para ordenar la cola como en el sketch de Martes y Trece y yo me lo he perdido por no llegar en ese momento? Si llego tarde ¿puedo entrar el siguiente o pierdo ya mi turno y me castigan a entrar al final? Ese tipo de cosas, ya me entendeis (confesad, os ha pasado a tod@s!!!! jaajjaja). Y esto pasa, y pasa en todos los ambulatorios. En definitiva, que allí el que lleva más tiempo es el "puto amo".
Esta mañana, que la consulta iba con retraso y la gente ya empezaba a ponerse impaciente y a medio discutir (joderrrrr...cómo está el mundo!!! Eso es que follan poco y van al ambulatorio a discutir. Siempre hay alguien discutiendo allí) me dio por pensar en que estaría divertido ir allí sin cita previa, sólo por sembrar el caos. Cuando llevase un rato allí y el resto de "monos" ya hubieran sido sacados de la jaula, todos asumirían que sé más que el resto, por lo que podría desinformar a placer.
"-¿El doctor Guerra está?
-No, pero por lo visto le está sustituyendo un bedel. Creo que sabe bastante porque estuvo liado con una enfermera".
"-¿Por qué hora van ya?
-No sé, pero yo tenía hora para las ocho y media y todavía no me han llamado.., asi que llevan un retraso de la ostia. Si lleva prisa mejor vuelva otro día".
-"Soy María Benítez ¿me han nombrado?
-Sí señora, sí. Tres veces ya. El doctor ha dicho que si venía le dijéramos que volviera mañana a las ocho".
Y así...os hacéis a la idea, no?
Cuando regresaran los doctores de la hora del almuerzo, cerraría mi periódico y me iría dejando la consulta sumida en un caos.
"-Oiga, ¿usted no tenía cita?
-No, yo es que vengo aquí a leer porque hay muy buena luz. Si algún día no me ven venir al médico es que estoy malo ¿saben?".
En fin...una mañana como la de hoy perdida en el ambulatorio tiene su lado positivo. Me ha dado para una entrada en el blog. Hasta la próxima!!!
Es algo que leí hace tiempo en un blog. La cosa va más o menos así (y me vais a perdonar que hable de memoria). Se mete a un montón de monos en una jaula. Se coloca un plátano arriba, pero de tal forma que encaramándose a algo, un mono pueda llegar. Luego se electrifica el suelo, para que cuando uno lo intente, todos sufran una descarga eléctrica. Los monos lo intentan varias veces hasta que aprenden que tratar de coger el plátano es una mala idea. De vez en cuando se saca a un mono y se mete a otro nuevo que, como no sabe nada, trata de alcanzar el plátano; pero lo único que consigue es que le den una paliza el resto para evitar la descarga. El juego sigue así hasta que llega un momento que todos los monos son nuevos, porque han terminado sacando a los originales, pero la costumbre sigue ahí aunque ninguno sepa ya el motivo. Cada nuevo mono que trata de tocar el plátano recibe una paliza, a pesar de que ya nadie sabe por qué. Es el "esto siempre se ha hecho así" de los monos (este experimento se puede aplicar a muchas tradiciones humanas -leáse Toro de la Vega, por ejemplo- y al funcionamiento de algunas empresas, por cierto).
Pues ir al ambulatorio es un poco así. Es un universo extraño, con sus propias reglas, y uno como yo, ajeno a este entorno, llega y se plantea un montón de dudas. Sin embargo, hay gente que no, que va todas las semanas y se entera de cada norma en el momento que la cambian. Pero la gente normal (moderadamente joven, moderadamente sana, moderadamente ocupada como para perder la mañana en el ambulatorio) no va más que de uvas a peras, por lo que nunca sabe como funciona todo.
Hay dudas que son previas del estilo tal que...: ¿Tengo que pedir hora por teléfono? ¿Puedo pedir hora por internet? Si estoy malo y no puedo ir a trabajar ¿puedo ir ahora mismo a por un justificante, o me vale si llamo para pedir hora y me dan cita para dentro de mes y medio? Cosas así. Pero luego hay otras ya de cuando llegas allí. En plan... ¿me presento en administración para decir que estoy aquí, o simplemente me planto en la puerta de la consulta? ¿Me llamarán cuando toque mi hora o tengo que pedir turno? ¿Habrá salido una enfermera para ordenar la cola como en el sketch de Martes y Trece y yo me lo he perdido por no llegar en ese momento? Si llego tarde ¿puedo entrar el siguiente o pierdo ya mi turno y me castigan a entrar al final? Ese tipo de cosas, ya me entendeis (confesad, os ha pasado a tod@s!!!! jaajjaja). Y esto pasa, y pasa en todos los ambulatorios. En definitiva, que allí el que lleva más tiempo es el "puto amo".
Esta mañana, que la consulta iba con retraso y la gente ya empezaba a ponerse impaciente y a medio discutir (joderrrrr...cómo está el mundo!!! Eso es que follan poco y van al ambulatorio a discutir. Siempre hay alguien discutiendo allí) me dio por pensar en que estaría divertido ir allí sin cita previa, sólo por sembrar el caos. Cuando llevase un rato allí y el resto de "monos" ya hubieran sido sacados de la jaula, todos asumirían que sé más que el resto, por lo que podría desinformar a placer.
"-¿El doctor Guerra está?
-No, pero por lo visto le está sustituyendo un bedel. Creo que sabe bastante porque estuvo liado con una enfermera".
"-¿Por qué hora van ya?
-No sé, pero yo tenía hora para las ocho y media y todavía no me han llamado.., asi que llevan un retraso de la ostia. Si lleva prisa mejor vuelva otro día".
-"Soy María Benítez ¿me han nombrado?
-Sí señora, sí. Tres veces ya. El doctor ha dicho que si venía le dijéramos que volviera mañana a las ocho".
Y así...os hacéis a la idea, no?
Cuando regresaran los doctores de la hora del almuerzo, cerraría mi periódico y me iría dejando la consulta sumida en un caos.
"-Oiga, ¿usted no tenía cita?
-No, yo es que vengo aquí a leer porque hay muy buena luz. Si algún día no me ven venir al médico es que estoy malo ¿saben?".
En fin...una mañana como la de hoy perdida en el ambulatorio tiene su lado positivo. Me ha dado para una entrada en el blog. Hasta la próxima!!!
miércoles, 19 de agosto de 2015
SABES ALGO??
Para escucharte, socorrerte, abrazarte, mojarte y despeinarte; para consolarte, burlarme de tí, sonreirte, animarte, esperarte y despertarte; para espabilarte, sacarte, enfadarte, seducirte y enloquecerte; y para amarte... me tienes a mí.
Para todo lo demás,yo que sé.. mastercard.
lunes, 10 de agosto de 2015
A la mañana siguiente
-¿Te vas? -dijiste levantando la cabeza ligeramente de la almohada con el pelo convertido en un desastre adorable.
Yo me estaba peleando con mis pantalones en ese momento. Tratando -y al parecer no consiguiendo- de vestirme en silencio en la habitación en penumbra.
-Si, es tarde. No quería despertarte.
Ella me miró durante un rato, divertida, mientras me peleaba con los botones de mi camisa. A la luz del único rayo de sol que entraba por la ventana estaba hermosa como no ha había visto nunca. Casi la odiaba por estar tan guapa recién levantada.
-Tú chica... estará ya en casa, no?
Miré el reloj instintivamente.
-No, está con sus padres. No llegará hasta las tres - Hice una pausa larga.
-Tenemos que dejar de hacer esto -dije.
-¿No te ha gustado? -dijo poniéndose de lado, y la sabana cayó un poco mostrando sus caderas como si un director hubiera repetido cien veces esa toma para que fuera perfecta. Noté como se me aceleraba el corazón y la sangre subía a mis mejillas.
-Claro que me ha gustado. Es sólo que no quiero que se complique más. Es todo muy complicado.
-¿Te preocupa que me enamore de ti? -dijo poniendo esa cara de niña traviesa que solo ella es capaz de poner y que hace que un escalofrío recorra mi columna.
-Si. Digo...no. Bueno, ya sabes que tengo pareja -dije yo, sintiéndome el tipo más idiota del universo.
Entonces te reíste, y el sonido de tu risa era como el de un cántaro llenándose de agua fresca. Tus ojos brillaron y te salieron unos hoyuelos en tus mejillas que no había visto nunca en tu rostro. Me dieron ganas de besarte o de abofetearte, todo a la vez. Debería ser ilegal que una mujer tan guapa se acercara a más de cinco metros de un tipo como yo.
-¿Quién te dice que no estoy enamorada?
-¿Lo estás? -dije dejando de vestirme y sospecho que poniendo una cara que podría ser una mezcla de sorpresa, pánico y Dios sabe qué.
-No he dicho que fuera de ti, bobo -dijo solo por el placer de clavarme un cuchillo en las tripas y removerlo; no sé que cara puse, pero ella sonrió de lado y continuó -Mira, yo ya sabía que tenías pareja la primera vez que me fui contigo. No me has engañado y yo no te he pedido nada.
Eso creo que me dejó algo confuso.
-Bueno, ya imagino que verás a otras personas...
-Hace más de un mes de la última vez. Puedes estar seguro de que he visto a otras personas. ¿Te vas a poner celoso por eso?
-Err... bueno, yo... supongo que no, claro.
Te reíste de nuevo.
-Eres muy divertido, ¿sabes?
-Pues la verdad es que no tenía ni la menor idea –dije terminando de abotonarme la camisa tratando de aparentar normalidad.
-Tus zapatos deben estar en algún lugar del pasillo.
-Vale. Nos vemos el lunes, entonces.
Salí de su apartamento perdido y confuso, sin saber donde me encontraba. Mientras trataba de orientarme levanté la vista y me pareció verla en la ventana, fumando mientras miraba en mi dirección. Quizás solo lo imaginé.
Cuando encontré mi coche seguía perdido y confuso. De hecho...sigo confuso
Yo me estaba peleando con mis pantalones en ese momento. Tratando -y al parecer no consiguiendo- de vestirme en silencio en la habitación en penumbra.
-Si, es tarde. No quería despertarte.
Ella me miró durante un rato, divertida, mientras me peleaba con los botones de mi camisa. A la luz del único rayo de sol que entraba por la ventana estaba hermosa como no ha había visto nunca. Casi la odiaba por estar tan guapa recién levantada.
-Tú chica... estará ya en casa, no?
Miré el reloj instintivamente.
-No, está con sus padres. No llegará hasta las tres - Hice una pausa larga.
-Tenemos que dejar de hacer esto -dije.
-¿No te ha gustado? -dijo poniéndose de lado, y la sabana cayó un poco mostrando sus caderas como si un director hubiera repetido cien veces esa toma para que fuera perfecta. Noté como se me aceleraba el corazón y la sangre subía a mis mejillas.
-Claro que me ha gustado. Es sólo que no quiero que se complique más. Es todo muy complicado.
-¿Te preocupa que me enamore de ti? -dijo poniendo esa cara de niña traviesa que solo ella es capaz de poner y que hace que un escalofrío recorra mi columna.
-Si. Digo...no. Bueno, ya sabes que tengo pareja -dije yo, sintiéndome el tipo más idiota del universo.
Entonces te reíste, y el sonido de tu risa era como el de un cántaro llenándose de agua fresca. Tus ojos brillaron y te salieron unos hoyuelos en tus mejillas que no había visto nunca en tu rostro. Me dieron ganas de besarte o de abofetearte, todo a la vez. Debería ser ilegal que una mujer tan guapa se acercara a más de cinco metros de un tipo como yo.
-¿Quién te dice que no estoy enamorada?
-¿Lo estás? -dije dejando de vestirme y sospecho que poniendo una cara que podría ser una mezcla de sorpresa, pánico y Dios sabe qué.
-No he dicho que fuera de ti, bobo -dijo solo por el placer de clavarme un cuchillo en las tripas y removerlo; no sé que cara puse, pero ella sonrió de lado y continuó -Mira, yo ya sabía que tenías pareja la primera vez que me fui contigo. No me has engañado y yo no te he pedido nada.
Eso creo que me dejó algo confuso.
-Bueno, ya imagino que verás a otras personas...
-Hace más de un mes de la última vez. Puedes estar seguro de que he visto a otras personas. ¿Te vas a poner celoso por eso?
-Err... bueno, yo... supongo que no, claro.
Te reíste de nuevo.
-Eres muy divertido, ¿sabes?
-Pues la verdad es que no tenía ni la menor idea –dije terminando de abotonarme la camisa tratando de aparentar normalidad.
-Tus zapatos deben estar en algún lugar del pasillo.
-Vale. Nos vemos el lunes, entonces.
Salí de su apartamento perdido y confuso, sin saber donde me encontraba. Mientras trataba de orientarme levanté la vista y me pareció verla en la ventana, fumando mientras miraba en mi dirección. Quizás solo lo imaginé.
Cuando encontré mi coche seguía perdido y confuso. De hecho...sigo confuso
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