lunes, 14 de abril de 2014

SANTA SEMANA

Hace unos meses, a primeros de año tenia un calendario del 2014 en mis manos. Y no se...ya es una manía, lo primero que miro siempre es en qué día cae mi cumpleaños y cuándo la Semana Santa. Lo dicho, manías mías.
Pues bien, este año es en Abril así que los sevillanos pasarán de las procesiones, costaleros, nazarenos y saetas, a seguidamente enfundarse los trajes típicos para desfilar por el ferial a ritmo de sevillanas y degustar los rebujitos y los ricos manjares en las casetas de la feria. De una celebración cristiana donde prima el recogimiento, a otra donde lo que hay es mucha fiesta, cachondeo, derroche y opulencia. Así es España, un país de contraste.
En este artículo he recogido parte de uno que leí hace una semanas y al que he añadido cosas para hacer este post, más que oportuno para las fechas en las que estamos. En más de un aspecto seguro os sentís identificados.



Mi visión sobre esta fiesta de Semana Santa (repito, mi visión) puede ser extraña para unos, incomprensible para otros y muy acertada para muchos. Pero es esa, única y exclusivamente mi visión.
Los cristianos y católicos no comprenden del todo cómo una fiesta religiosa puede llamarme tanto la atención ,ya que soy ateo. Y los ateos, ateístas, agnósticos y escépticos religiosos no comprenden del todo cómo puedo 'justificar' una fiesta como ésta. Es muy sencillo, y voy a explicarlo (o intentarlo).

La fiesta como acto religioso (quesito marrón)
Imaginemos un Trivial Pursuit. Caemos en la casilla de Arte y Literatura y respondemos bien a la pregunta, con lo que nos ganamos el quesito marrón. Para los que creen que la Semana Santa es sólo un acto religioso, el viaje se acabaría aquí.
El principio religioso de la Semana Santa es el acto de fe, la muestra de la devoción. Los cristianos en las muchas cofradías sacan a la calle sus pasos (verdaderas obras de arte), escenificando lo que su Mesías vivió de acuerdo con sus Sagradas Escrituras, a lo largo de los días que duró la Pasión.
¿Qué tratan de hacer con esto? Pues conmemorar la muerte y el dolor que su Mesías tuvo que pasar para librar los pecados de todos sus corderos, así como celebrar su vuelta el Domingo de Resurrección y la venida del Espíritu Santo. La Iglesia Católica no es demasiado profusa en sus 'lutos' por la muerte se su Mesías (por poneros un ejemplo, los judíos tienen seis días de ayuno y duelo en el calendario, y jornadas completas de ascetismo, como los Yemei ben HaMetsarim), pero la semana de Pasión es quizá la más notable de estas manifestaciones.


La fiesta como historia (quesito amarillo)
El acto de sacar en procesión imágenes religiosas, viene de hace muchos años. Es una costumbre muy antigua. Es innegable que la religión, para bien y para mal, ha tenido un papel muy importante en la historia de nuestro país. Y las formas que ha ido tomando la devoción con el paso de los años nos ha devuelto festividades como las Fallas, las diversas danzas rituales del país, El Pilar, El Rocío, los santos patrones de las ciudades, las Hogueras de San Juan, el Carnaval... Ya sean fiestas religiosas cristianas o enraizadas en costumbres anteriores a la llegada del Cristianismo, su valor ritual nos ayuda a comprender la realidad social y/o religiosa de las gentes que han poblado estas tierras antes que nosotros. Todo lo que vemos en nuestros pueblos y ciudades ha sido levantado, construido, mantenido y cuidado por nuestros antepasados. Despreciar el elemento popular de una manifestación religiosa, es despreciar el trabajo de nuestros antepasados, sus inteligencias, su fe, su amor, su labor.

Muchas veces la gente rechaza estos edificios y patrimonios porque sienten aversión al estamento de la Iglesia Católica. Yo el primero, soy de esas personas que rechazan todo lo que tenga que ver con la Iglesia y lo que esta representa (cada uno tiene su opinión). Si bien, siendo Arquitecto Técnico como soy no puedo infravalorar su patrimonio, tangible e intangible. Perder de vista la historia por apetencias personales (confundiendo manifestaciones artísticas con actos religiosos lesivos para los no fieles) es un acto de tiranía, no muy diferente al de quemar libros.


La fiesta como diversidad (quesito azul)
Del norte al sur, del este al oeste, la diversidad en manifestaciones de la Semana Santa es digna de admirar. Los tambores de Aragón, el silencio de la noble Castilla, los cantos de Andalucía, los empalaos extremeños, la Ronda leonesa, el encuentro zamorano... quince Semanas Santas de nuestro país son consideradas de Interés Turistico Internacional!!!
La fe se ha vivido, a lo largo de la historia, de modos diversos en todo el territorio nacional. Sus manifestaciones culturales, han sido muy diferentes según el lugar de celebración, las culturas que allí poblaban en el momento de la evangelización, la historia posterior del lugar, la vinculación de sus habitantes con elementos de la tierra (el mar, los lagos, el bosque...)...Esto también nos enseña las múltiples variantes culturales, visiones del mundo y modos de vivir los rituales (religiosos o no) de las diversas regiones. Nos aleja de la globalización cultural, de la uniformidad, de la estandarización.


La Semana Santa como atractivo (quesito rosa)
Del mismo modo en que existe el turismo gastronómico, cultural, heliotrópico o de Naturaleza, también existe el turismo religioso. Sea uno creyente o no, los rituales forman parte de la historia, la sociedad y el folklore. Del mismo modo en que viajamos para ver la Alhambra, o las playas de Mallorca; para comer el lechazo y cochinillo segoviano, beber horchata valenciana, comer adobo andaluz o beber sidra asturiana, hay personas que viajan para contemplar ritos y rituales religiosos. Entre las personas no religiosas, podría entenderse éste como turismo cultural. Así, un historiador del Arte estaría encantado de contemplar las tallas de los mejores maestros del barroco, e incluso te explicaría cómo no toda la madera servía para estas tallas, la pintura que debía usarse para que aguantaran la intemperie, la estructura de las andas...


Y... ¿el quesito verde?
El quesito verde es el correspondiente a 'Ciencia y naturaleza'. Obviamente, la Semana Santa no tiene nada que ver con la naturaleza pero... ¿y con la ciencia? ¿acaso no son ciencia la Sociología, la Historiografía, la Antropología social y sus estudios etnográficos, la Folklorística, o incluso las Ciencias de la Religión? Pues ahí lo tenéis, el quesito verde.


Solo falta el quesito naranja
Pues si antes hablaba del turismo religioso, ni que decir tiene que tanto o más importante en nuestro país es el turismo de aventura para la práctica deportiva. Para muchos amantes del deporte estas fechas representan la oportunidad de juntar unos días de vacaciones y lanzarse a esa práctica deportiva que a diario no pueden (bucear, esquiar, escalar, surfear...). Toma ya!!! Ya tengo el quesito naranja!!!!!


Ordenando las estanterías
Con todo este rollo, para concluir a modo de resumen personal sobre mi experiencia y mis opiniones sobre la Semana Santa:

- La Semana Santa es una expresión religiosa. Merece mi respeto (aunque no lo comparto) en tanto en cuanto respeto las creencias de los demás.

- La Semana Santa es una expresión histórica. Desde las tallas hasta los rituales internos, pasando por la conexión con los pueblos que forman parte de la historia del lugar,y su visión filosófica del rito.

- La Semana Santa es una expresión social, comunitaria y arraigada a la cultura. Más allá de sus dimensiones religiosas, pertenece a un pueblo, y nos habla de nuestra identidad seamos o no religiosos, como pertenecientes a una realidad geográfica, histórica y cultural.

- La Semana Santa es un bien a proteger. Hay gente que lo considera un estorbo, porque ocupa calles y dificulta el movimiento urbano. Si bien, la vía pública se invade en otros actos culturales y tradicionales como Fallas, las fiestas de las ciudades, los encierros, las verbenas... o en las manifestaciones, los botellones, las concentraciones, el día del Orgullo Gay, incluso los actos publicitarios. Lo hacen las terrazas de los bares, las excursiones masivas de turistas, las bodas, las ferias del libro, las ferias 'medievales', las medias maratones o vueltas ciclistas, o los grupos de gente que van a una cena de gala. No todos son privados, no todos pagan por celebrarse.


Creo, sinceramente, que una talla relumbrando a la luz de las velas o un monje cantando el miserere,  o una pareja que sale casada de una iglesia no ofenden a nadie, no tratan de adoctrinar a nadie y merecen respeto. Es confundir el culo con las témporas, en mi opinión. Y sí, seguiré admirando la Semana Santa, del mismo modo que no celebraré nunca lo que en ella se representa.


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